Un rincón para la imaginacion de todos desde el lugar más mágico de Chile. Valparaíso Puerto Principal.
domingo, diciembre 03, 2006
Tu y Yo
Debo declarar hoy, que mi hogar a cambiado compañero mío, ya no es mío sino nuestro.
El amor también, ya no es egoísta, hoy somos cómplices, bandidos, y prófugos de nuestras familias, pues creamos la propia, esa que dice TU y YO
Aún recuerdo esa noche de julio hace tantos años, cuando empapado subiste a pie el cerro y llegaste a la casa de mis padres, con calles de pastelones de piedra y farolito en la puerta, y me dijiste “acompáñame” y me embarque en tu vida olvidándome de la mía.
Muchos dijeron “no van ha durar” yo también lo pensé muchas veces, pero tus ojos marrones alejaron mis dudas. Hoy ellos son uno de los pilares en mi vida y se cumplió mi sueño infantil, ese que tuve sentada en la escalera del colegio…, hace veinte años atrás, el de tener mi casa con balcón, en un cerro de Valparaíso donde se viera el mar azul que tanto me gusta, y compartirla con el amor de mi vida, el cual me hace señas desde una ventana cercana, mirándome pacientemente sin pronunciar palabra…, porque simplemente no son necesarias.
Sólo puedo afirmar que, en realidad los sueños se cumplen cuando menos uno lo espera.
Convicción
La verdad publica sobre las personas, es reconocer que el ser humano nunca esta contento con lo que posee.
Siempre estamos cuestionando nuestra suerte, y le damos de vez en cuando una patada a nuestro destino, finalmente nos lamentamos por habernos equivocado, y continuamos tropezando una y otra vez con la misma piedra.
Mi verdad es otra.
La descubrí una mañana de noviembre, viendo el mar calmo y azul de Valparaíso,
Es aquella de vivir cada día con la convicción que la felicidad real es como la arena fina en mis manos. Y aquellos momentos que me son gratos, debo disfrutarlos antes de que se escurran entre mis dedos.
Muchas veces, deseo que mis emociones sean como este paisaje…, pero es un imposible más para mi vida cotidiana, lo más permanente en la vida es el cambio.
Hace calor, el sonido de las gaviotas me recuerda una vez más, que este puerto te ata a sus viejas costumbres, y antes que mi reloj marcara las diez de la mañana, recordé que tenía que comprar pan batido para el desayuno.
domingo, junio 11, 2006
Lluvia
Llueve sobre la ciudad y me parece que Valparaíso una vez más me leyó el pensamiento, ese el de tener las ganas de ver el mar con esa fuerza misteriosa que aparece cuando hay mal tiempo y el azul del mismo se oculta para pasar al gris enérgico.
Si todos pudiéramos expresar esa emociones ocultas y dejar de luchar con nosotros mismos, así como el mar cambiante, podríamos ser más felices de lo que creemos. Muchas veces tenemos esa gran pregunta latente ¿Qué tengo que hacer? Y en casi todas las ocasiones nos respondemos lo que debemos hacer.
Si nos enfocáramos en nuestros sentimientos, dejaríamos que la lluvia nos limpiase por completo, y nos responderíamos diciendo:
- Siento que puedo hacer esto…,
Camino por las calles húmedas del Cerro Concepción, y observo detenidamente los pastelones mojados, y no puedo evitar entrar a mi café favorito y pedir un chocolate azteca, entre cucharada y cucharada, trato de entender porqué expresar los sentimientos cuesta tanto, y esas ganas de salir corriendo y ser libre como el mar en tormenta, se agolpan en mi pecho.
La música que sale de un viejo disco de vinilo puesto, me indica que un tango está por comenzar, una sonrisa media tímida sale de mis labios, pestañeo lentamente para poder ponerle atención a la letra…,
“ este mundo fue y será una porquería ya lo ves…”
- ¡ Ja Ja Ja! – dije riéndome con ganas y cuando sentí las miradas de la gente en el café, traté de disimular con otra cucharada de chocolate caliente.
Afuera comienza a llover nuevamente, y las gotitas perezosas caen cerca de la entrada del lugar, la silueta de un viejo amigo me es familiar, y sin proponérmelo compartí mi espacio con otro caminante, porque a pesar de la creencia popular de que el invierno no es sinónimo de soledad, sino que es la mejor época del año para compartir en intimidad.
lunes, junio 05, 2006
Llanto
que nuestros caminos estaban entrelazados
por un capricho del maldito destino
de mi vida, la energía que sentí al mirarte la primera vez que bajaste del cielo y te cruzaste en mi sendero, me bastó para decir que nunca iba a dejarte ir.
Mi corazón hoy late por inercia, porque estoy viva y sigo respirando,
¡Hice lo mejor posible!
¡Hice todo lo que me nació hacer y decir!
¡Hice todo lo que sentía, y fue por tener tu precioso corazón atado al mío!
La verdad amor, tu me enseñaste a volar con alas propias, a sangrar cuando tenía que hacerlo, y a reír cuando debía hacerlo, porque antes de ti yo estaba muerta, antes de ti, mi vida cuadrada creía que era perfecta…, y en realidad era una más de mis mentiras propias, para no ver la realidad.
Te amo mi Ángel caído, te amo en todo momento y lugar, las luces de los cerros de Valparaíso tratan de alumbrar mi camino solitario, miro hacia la bahía y trato de dejar allí junto al mar, la herida de tu partida.
Te dejé ir ángel mío…, sólo porque te amo.
Te dejé partir…, porque no puedo más cargando tu cuerpo.
Te dejé volar solo, porque mis alas son tan distintas a las tuyas amor…;
Te abrazo en una caricia eterna, y susurrando a tu oído al dormir y soñar te diré…;
“ Nunca estarás solo, porque a donde vayas compartiremos el mismo cielo y la misma tierra, porque tu estarás siempre dentro de mi y yo estaré siempre dentro de ti” Yo Ángel de luz…, y tu Ángel de Dios.
sábado, abril 15, 2006
Plegaria
Cada vez que contemplo la luna llena, el alma se me abre, recuerdo las distancias de los años, las lagrimas derramadas en llantos imaginarios, las risas de niña juguetona, las palabras que juran que la espera no es envano.
Cada vez que miro la negrura de la noche, sólo me pregunto ¿cómo el cielo obscuro sostiene a las nubes borrosas y las estrellas caprichosas? Aquellas que se parecen a mi, esquivas, difusas, demasiado brillantes, para que el ojo del hombre las pueda mirar.
En esta noche húmeda, peremne escucho. El susurro de tu pensar, tan lejos de mi.
En esta noche de luna muy llena. Me levanto y camino por mi jadín, repleto de sueños en azul.
Oigo el sonido del mar en la bahía..., y recuerdo que estoy en Valparaíso. Las luces de la ciudad se confunden con las de este cielo obscuro y quieto.
Respiro, para darme ánimos y a la vez pido un deseo, miro desde mi ventana, las casas que cuelgan de los cerros, aquellas que estan llenas de secretos, trato de no abrir y cerrar mis ojos, para así poder adivinar en cual de ellas, tu mi viajero herrante te encontrarás.
sábado, abril 01, 2006
La Espera
La noche cae como condena de alma en pena,
inevitable, eterna, pasiva.
Sin prisas tomo mi espejo secreto, y trato de
mirarlo de reojo. Su reflejo, es el de mi rostro sin ti.
En esta noche callada y fría, te recuerdo.
El tic tac del reloj, marca el tiempo recorrido,
las cosas se ven más claras de noche, gracias
al espejo magico y la almohada cómplice.
Te espero fuera de mi cueva, casi desnuda, con sólo mi persona para amarte.
Te espero aceptándote como el angel caido que eres.
Te espero, refujiada en la oscuridad del cielo, cargándo la esperanza jamás perdida, de que pronto vuelvas, dejándo atras, tus sombras pasadas.
Adios amigo mío (Homenaje al Sr. R. Guzmán)
Adiós amigo mío..., vuela lejos a lo alto y más allá del cielo, dejate llevar por la libertad de no cargar más el pesado cuerpo.
Adiós amigo mío, te recordaré siempre, jamás borraré de mi mente tus ojos grises y tu voz de abuelo.
Adiós amigo mío, no te entristescas por nosotros, acá aún te amamos, allá tu eres energía y valor, acá tu piel estaba marchita, y tu corazón se detuvo.
Amigo, el respeto que siento por ti lo guardaré toda la vida, tu breve compañia no se borrará de mi pincel, y cada vez que sienta una voz grave sabré que aún estás ahí..., en el presente.
Que la fría lápida de tu tumba no interfiere entre nosotros. Ya es otoño y en el mes tercero, en su día treinta, tuviste que partir, a ese viaje egoísta en el cual te embarcaste solo, y el cual nosotros no lo podemos compartir.
Le pedí secretamente a mi padre Pelluco, que te guie por ese camino incierto, y te de los ánimos para seguir por el, con luz, con calma, y sin dolor.
Adiós amigo mío, el viento solpa..., y te tengo que dejar ir.
lunes, marzo 27, 2006
ROBOTECH 4 E.V.E.R.
Aún recuerdo el dolor de estómago que sentía por las tardes durante el año 1985, era la ansiedad de saber que iban a dar mi programa favorito, que iba a volar por la estrellas y combatir a los Zentraedi, ver cantar a Mimey, querer que Rick finalmente se enamorara de Lisa, y que el Capitan Global nunca deejase el SDF1.
Tenía siete años y faltaba apropósito a clases, para poder disfrutar de la única hora del día que era sólo para mi.
Traté muchas veces de entender la complicada telenovela animada, y hasta el día de hoy es una de mis series de televisión favoritas. MACROSS, LOS AMOS DE LA ROBOTECNIA Y M.O.S.P.E.A.D.A fueron para mi una piedra angular de la imaginación en mi niñez..., cuando terminó la serie, mi corazón se abrumó, pensaba dentro de mi pequeño cuerpo, que nunca más los iba a mirar dentro de la pequeña caja cuadrada, a colores que estaba en la cocina de mi casa en Valparaíso. Me gustaba ver la televisión ahí, porque podía además, contemplar los cerros, teñidos de colores extraños en el atardecer, en ese entonces las casas eran más grises..., la gente igual, y nunca entendí el porqué.., ahora sí, en ese entonces la imagen de que tomaba mi vaso de leche firme con mis pequeñas manos, era vívida, mientras mis piernas colgaban de la silla sin alcanzar el suelo..., dándome animos para no dejar tiempo para pestañear, y sin querer soñé con Candy y Antony, con Remy y Marco, con Angel buscando la flor de siete colores..., (muchas veces la busqué en mi jardín secretamente) con Jem y Scooby, el Pipiripao fue para mi de culto, pero nada superará a los gloriosos capítulos de Robotech. Y aún hoy cuando veo el DVD de la serie, siento ese dolor de estómago, la única diferencia es que, mis pies hoy tocan finalmente el suelo, pero mi corazón aún sigue luchando una batalla fantástica, mas allá de las estrellas.
viernes, marzo 24, 2006
Angel Caido
¿Dónde has estado?
Toco mi pecho y me doy cuenta de que aún lates dentro de mi..., corazón roto.
Muevo mis alas azules, pero cuesta que ellas quieran volar.
Han estado atadas a la tierra y a tu cuerpo mucho tiempo..., muchos años.
Aún te amo,
Pero no con ideales, con la realidad, que quita la venda que cubre los ojos de la vida.
¿Dónde has estado?
Sólo en mi corazón...sólo en él.
jueves, marzo 02, 2006
Hojas
Se suponen tantas cosas en la vida..., muchas veces construimos perfectos castillos en el aire, trazados con el mejor plano, creado en nuestra imaginación, creemos que todo esfuerzo vale para ser feliz, y nos desgastamos día a día para lograrlo, nunca nos preguntamos ¿Que es lo que sentimos ? y ¿ Que es lo que realmente anhelamos para nosotros mismos?.
Yo, la verdad no sé lo que quiero, porque dentro de mi existen muchas mujeres, que tienen demasiadas demandas, y poco tiempo para cumplirlas.
Hay una que ama apasionadamente, a todo y a todos, pero la pasión es tan desbordante, que se vuelve una niña ciega y tonta.
Hay otra que calcula, resta, divide y lo suma todo..., todo, y finalmente la ecuación de su vida gira cual reloj está a la hora y no deja de funcionar.
Hay otra también, que es pequeña y se quedó con la mirada perdida en su ventana, en una tarde de invierno, viendo como caian las hojas con las gotas de lluvia, observando como una a una las etapas de su vida, se iban pasando como una pelicula que no tiene final.
Hay una muy mala, que vive detrás del bosque, a la vuelta de un árbol torcido y se viste de negro para asustar a todo el mundo, eso es, para que no la molesten, para que no la hagan sufrir.
En verdad dentro de uno mismo, existen muchas interrogantes y muchas caras, pero llegué a una conclusión frente a esta realidad personal..., que todas ellas son valientes, todas ellas se tragan el miedo, y día a día caminan por las calles de Valparaíso repleta de las primeras hojas secas, que anuncian sí o sí que está llegando el Otoño.
martes, enero 31, 2006
Pizarra y borrador (Homenaje al Instituto Comercial de Valparaíso)
Me parece cercana la belleza del ayer, cuando la adolescencia era un hecho y los suspiros pan de cada día.
Me parece cercana la burbuja de cristal forjada por mis padres, y lejana la idea de crecer y volar.
Me parece cercano el recuerdo, de los compañeros de hoja de cuaderno y papel.
Me parece cercana, las ganas de atesorar como arena fina entre los dedos, las imágenes de las veredas de la Avenida Argentina, el sonido del timbre en los recreos por la mañana, y las carreras furtivas que emprendían los alumnos del Saleciano.
Aún tengo la imagen fresca en mi memoria, viéndome de quince años intentando dibujar con mi dedo flaco, la imagen aún no conocida de los labios del ser amado. Acompañadas por las siluetas de mis amigas de jumper y delantal azul.
El aroma de la sala de clases y el polvo de la tiza sobre el pizarrón desteñido cuesta soltarlo..., y aunque ya han pasado diez inviernos desde que dejé todo atras, siempre voy a amar a mi manera a ese Liceo Comercial de Valparaíso..., ese que murió en mi presente hace muchos años.
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