Powered By Blogger

jueves, octubre 13, 2005

Valparaíso en color


Recuerdo lo bello del atardecer, ese color anaranjado que pude vislumbrar desde el mirador Barón, y en donde ningún sonido que viniese desde la Av. Portales, me pudo distraer de la maravilla que estaba contemplando en ese momento, mi corazón se agolpa fuertemente en mi pecho y no sé si es por la espera, o por el breve momento en que el Sol se coloreaba de rojo durante esta tarde de primavera, me puse contenta..., tanto así que tomé mi libreta de notas y escribí algo como "El atardecer de Valparaíso es mágico...,todo depende sí, de que altura se mire...,desde la banca de una plaza o en un mirador olvidado de este Puerto de sueños de cristal,de esos que son fuertes frente a la queja y débiles ante nuestras profundas penas" cerré mi libreta, el atardecer ya se había ido y la noche llegó abrupta, sin pensarlo mucho, inicié mi camino a casa, pensando ¿que te habría sucedido? que no alcansaste a contemplar todo aquello tan maravilloso..., conmigo.

miércoles, octubre 05, 2005

Relato en servilleta

Saboreando mi café de las doce de la noche, me encuentro imsonme...,inevitablemente pienso en ti, ojeo mi agenda que muy pronto será reemplazada por una necesaria palm y me encuentro con la sorpresa de una servilleta guardada entre sus páginas, esa servilleta que escribí en un café escondido del lejano sur y en donde reafirmé la idea de amarte casi insondicionalmente hace más de un año, finalmente pude releer entre dobleceses complicados y trazos de tinta mis palabras de entonces que ahora cobraron vida en la memoria...,
"¿ALGUNA VEZ TE HE DICHO QUE TE AMO?..., muchas veces como estrellas tiene el cielo.
Sinembargo, las veces que pronuncio esas palabras con mis labios rojos, son un pedazo de mi alma que quiere volar hacia tu lado.
Y los momentos en que te lo digo con voz susurrante es para ahogar mi llanto secreto de amor por ti.
Hoy te digo que te quiero, con mi vientre quemante y mi espíritu aventurero.
Pero lo mejor de decírtelo es ver tus ojos marrones al escucharlo, y terminar mi frase inicial en el sello de tu boca, entre tus brazos largos y aquellos dedos finos.
¿ALGUNA VEZ TE HE DICHO QUE TE AMO?..., muchas veces..., muchas.

Finalmente me sorrío para mis adentros, recordando que esa tarde, saboreando nuevamente mi café saqué la conclusión que saco siempre, que para variar llegaste tarde ese día a nuestro encuentro , y que realmente valió la pena esperarte para escuchar de tu boca
ese " Querida te amo..., te amo mucho."