los recuerdos de mi infancia ya no me atan,
estoy mirando al mundo con mis verdaderos ojos,
la vida es demasiado hermosa para temer vivirla, y el amor esta ahí afuera, para sentirlo sin pudor y sin culpa.
Aquí estoy, con belleza y juventud eterna, y sin miedo de mirarme en el espejo de la vida, ese que muestra quien realmente soy.