Desepción alicaida de media tarde de otoño

Fumando mi cigarrillo de costubre, el cual está atado a mi taza de café favorita, contemplo Valparaíso desde mi balcón, y una reflexión más que otoñal, me ordena de que no puedo hacerme la sorda frente a lo evidente. Muchas veces a lo largo de mi vida he tendido la mano sin pensarlo mucho a quien me ha pedido ayuda, muchas veces, he tenido amigos que he querido y amado mucho..., y sinembargo, siempre existe uno que te responde con el agoísmo más absoluto y latente. Ya en la mitad de mi cigarro y antes de que se me enfrie el café, concluyo " QUE UNO ES RESPONSABLE DE ABRIR Y CERRAR SUS PROPIAS PUERTAS, EN DONDE LOS GOLPES MUCHAS VECES NOS HACEN SER SORDOS DE NUESTROS PROPIOS SENTIMIENTOS, QUE LA VERDAD NO HAY QUE TENER ESPECTATIVAS DE NADA Y DE NADIE, SINO VIVIR Y SENTIR LA VIDA QUE NOS TOCA, CON TANTA RESPONSABILIDAD, A TAL PUNTO..., DE DECIR QUE NO A UN AMIGO EGOISTA, QUE REALMENTE NO NOS AMA, SINO QUE AMA UNICAMENTE EL REFLEJO PROPIO, EN EL ESPEJO ENORME DE LAS VANIDADES HUMANAS" es verdad..., dentro de mi corazón siempre supe que las cosas iban a terminar así, oponiendome abiertamente a una amistad estancada. No me gustan los misterios..., sobre todo cuando involucran mi mundo armonico y feliz y yo soy responsable de no permitir la entrada a la incertidumbre y la desconfianza en los otros.