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martes, diciembre 13, 2005

Blanca Navidad






Recuerdo que cuando era niña las calles de Valparaíso tenían un aire de misterio en Navivad, las iglesias ostentaban una audiencia considerable para la misa y la gente siempre tenía una sonrisa dispuesta para el vecino. En el hoy entre la Visa y la Mastercard nos desembolvemos para cubrir las falsas espectativas de los otros, y nunca la de nosotros mismos. Hoy la Navidad tiene marca registrada, esa en la que el amor desinteresado tiene un muy bajo interés.

Recuerdo los pastelones de la Palza Aníbal Pinto, y miro la punta de mis zapatos tratando de dilucidar la respuesta a la eterna pregunta ¿Por qué?

Me encojo de hombros y enciendo mi cigarrillo de las siete y sólo miro las vitrinas sin ver más allá de lo debido y la respuesta que flota en el aire se parece más a una sentencia de fin de año ¿ por que no?

domingo, noviembre 13, 2005

Confesión




Dulzura infinita,tu boca pequeña.
Canciones de cuna, me recuerdasn tus abrazos.
Deseo cambiar la impaciencia por el tiempo, para poder esperar.
Deseo olvidar los miedos de mis noches infantiles y abrigar solamente claridades de tus ojos oscuros.
Pasión es la que siento inquieta, cuando tu no estás aquí a mi lado.
Ternura infinita es para mi ver el amanecer contigo.
¡¡¡Mi amor, Pez danzante de mis labios rojos y escamas brillantes!!!
Eres un trazo de hoja en blanco siempre a punto de crecer, en las manos del que sabe esperar y ver.
Valparaíso Puerto de sueños rotos e ilusiones vivídas, lleno de esperanzas que nunca se acaban.
Sólo te miro...,tomo tu mano y dejo atrás todo...,todo.
En un abrir y cerrar de ojos me doy cuenta de que el tiempo se detiene y que somos solo tu y yo.

jueves, octubre 13, 2005

Valparaíso en color


Recuerdo lo bello del atardecer, ese color anaranjado que pude vislumbrar desde el mirador Barón, y en donde ningún sonido que viniese desde la Av. Portales, me pudo distraer de la maravilla que estaba contemplando en ese momento, mi corazón se agolpa fuertemente en mi pecho y no sé si es por la espera, o por el breve momento en que el Sol se coloreaba de rojo durante esta tarde de primavera, me puse contenta..., tanto así que tomé mi libreta de notas y escribí algo como "El atardecer de Valparaíso es mágico...,todo depende sí, de que altura se mire...,desde la banca de una plaza o en un mirador olvidado de este Puerto de sueños de cristal,de esos que son fuertes frente a la queja y débiles ante nuestras profundas penas" cerré mi libreta, el atardecer ya se había ido y la noche llegó abrupta, sin pensarlo mucho, inicié mi camino a casa, pensando ¿que te habría sucedido? que no alcansaste a contemplar todo aquello tan maravilloso..., conmigo.

miércoles, octubre 05, 2005

Relato en servilleta

Saboreando mi café de las doce de la noche, me encuentro imsonme...,inevitablemente pienso en ti, ojeo mi agenda que muy pronto será reemplazada por una necesaria palm y me encuentro con la sorpresa de una servilleta guardada entre sus páginas, esa servilleta que escribí en un café escondido del lejano sur y en donde reafirmé la idea de amarte casi insondicionalmente hace más de un año, finalmente pude releer entre dobleceses complicados y trazos de tinta mis palabras de entonces que ahora cobraron vida en la memoria...,
"¿ALGUNA VEZ TE HE DICHO QUE TE AMO?..., muchas veces como estrellas tiene el cielo.
Sinembargo, las veces que pronuncio esas palabras con mis labios rojos, son un pedazo de mi alma que quiere volar hacia tu lado.
Y los momentos en que te lo digo con voz susurrante es para ahogar mi llanto secreto de amor por ti.
Hoy te digo que te quiero, con mi vientre quemante y mi espíritu aventurero.
Pero lo mejor de decírtelo es ver tus ojos marrones al escucharlo, y terminar mi frase inicial en el sello de tu boca, entre tus brazos largos y aquellos dedos finos.
¿ALGUNA VEZ TE HE DICHO QUE TE AMO?..., muchas veces..., muchas.

Finalmente me sorrío para mis adentros, recordando que esa tarde, saboreando nuevamente mi café saqué la conclusión que saco siempre, que para variar llegaste tarde ese día a nuestro encuentro , y que realmente valió la pena esperarte para escuchar de tu boca
ese " Querida te amo..., te amo mucho."


lunes, septiembre 26, 2005

Mi amigo Pablo


Realmente uno muchas veces no sabe lo que tiene hasta que lo ve perdido..., pero no sólo en el amor sino en la alegría de crear.
Nosotros los Porteños somos afortunados pero muy ciegos.
¿Por qué?
Tenemos Mar y Cordillera.
Tenemos Congreso.
Tenemos Historia.
Tenemos Tradición.
Tenemos Misterio.
Tenemos Poetas conocidos y desconocidos.
Tenemos sentiemiento. Ese entre melancólico y atolondrado, con una veta de romanticismo muchas veces desconocido por nosotros mismos.
Cuando visité el día 23 la casa de mi amigo Pablo en su Isla Negra..., recordé uno de sus versos más famosos..., "Puedo escribir los versos más tristes esta noche..." yo me sonrío y puedo decir que puedo escribir las líneas más comprometidas hoy, esas fuertes y engrosadas de orgullo de ser Porteña y Chilena, de darme cuenta de lo maravilloso que tenemos en nuestra región y que muchos no respetan.
Ser Patrimonio, es más que una chapa adormada de fama y oro enorgullecido, ser Patrimonio es una mezcla perfecta entre colores de tejados, calles trocidas, adoquines gastados, poetas ilustres, pescadores enamorados, escaleras que suben y que bajan a lugares secretos y escondidos, en fin..., como escibió un día mi amigo Pablo "Si uno recorriera todas las escaleras de Valparaíso, recorrería el mundo dos veces".
Reflexiono mirando hacia la bahía de Isla Negra y pienso casi en afirmación...,
-Mi amigo Pablo Neruda tenía razón.

miércoles, septiembre 21, 2005

Estaciones


Muchas veces cuando llega la Primavera nos ponemos alergicos..., la mayoría de las veces juramos que es por el cambio de estación..., la verdad es el miedo, a lo que se viene al otra mitad del año, esa cuando hay más sol y más gente, en donde inevitablemente tenemos que destaparnos de las corazas copradas en el Invierno.
¡Pero animo amigos míos! la cosa no se viene tan pesada, en las calles torcidas de Valparaíso, reflejado en sus adoquines disparejos existe una aventura para ti, espero que tengas la suficiente paciencia para saber esperar por ella.

Crónicas de cerro y balcón

Muchas veces uno no sabe por donde empezar..., cuando queremos hablar de nosotros mismos o de nuestros sueños siempre nos cuesta, es más fácil fantasear con una idea rebuscada que mostrar el sello detrás de la cara oxidada que muchas veces tenemos que ocultar.
Pero a uno tarde o temprano le sale lo valiente y se pone a contar historias asi como esta...,
SENTIMIENTOS
Camino esta tarde, por las calles de este Puerto principal, los pastelones húmedos debajo de mis pies, me indican una vez más que el invierno está proximo a llegar. Me detengo frente al reloj Turri y sin pensarlo mucho enciendo mi cigarrillo de las siete, y el sentimiento de nostalgia de otoños pasados, se apodera de mi mente y de mi corazón.
La verdad, es que amo a este Valparaíso, con sus cerros de casa chuecas y tejados de colores, en donde corrí de la mano de mi Padre y en donde caminé mis primeros pasos de desesperación.
Esta ciudad está llena de sentimientos para mi, la energía de vivir cuando salí del colegio, el amor reflejado en el candor del primer beso colegial, la rabia frente a la desigualdad laboral y la burla, de muchas veces tener la mala pata de ser mujer. La ternura al ver a un niño abrazar a su madre, y la compasión frente al mendigo que pide monedas en la Calle Prat.
Miro el cielo gris, pero de ese gris profundo y marchito, es como la pérdida de todo, como el daño no reparado de la partida...,sin proponérmelo, recordé los pasillos del hospital, y ese olor a espanto volvió a ser percibido por mi una vez más, con las manos apretadas al igual que el nudo que hoy existe en mi corazón, me doy cuenta que el recuerdo más doloroso para mi, aún no se almacena en la memoria, sino está presente día a día, unas veces doloroso otras de resignación. Hace tres años dancé con la muerte, pero pagué muy cara mi osadía, ella se burló de mi y me engañó un día después de mi cumpleaños, y se llevó a mi Padre sin mi permiso y sin derecho a reclamar.
Respiro hondo, y nuevamente el cielo Porteño se refleja ante mis ojos, y me siento feliz de haber sobrevivido. Enciendo otro cigarro y me dispongo a seguir mi camino, repitiéndome para mis adentros, caminante no hay camino..., se hace camino al andar.
¡Bienvenidos..., deseo compratir este camino, el de crear, escribir, reflejar y soñar!