
MOTE CON AMOR
Aquel Domingo de Septiembre, los cerros de Valparaíso se teñían de un color distinto, estaban adornados de esperanza, de fiesta dieciochera y de banderas chilenas de todas las clases y de todos los tamaños. En la caleta El Membrillo, durante el mediodía, se comenzó a repletar de gente, paseando, mirando el mar, que se encontraba quieto y muy azul. Don Jorge era un marino retirado de ciencuenta y cinco años,y cuyo pasatiempo era participar en la peña folclórica que organizaba su club de jubilados, su señora Clara siempre lo acompañaba a todas las actividades del club, pero esa tarde se quedó en casa preparando un asado dieciochero para celebrar en pareja. Sin embargo, Don Jorge tenía insistencia de mirar el mar, por eso se ofreció ese día para atender el puesto de Mote con Huesillos. Sus ojos verdes observaban el mar icansablemente, al parecer quería buscar alguna respuesta, algo del cual él no podía siquiera nombrar; sin darse cuenta un niño de ocho años de rostro dulce y ojos claros, se acercó a él y le tomó la mano. -Señor ¿Por qué está triste? -¡Ah, hola jovencito!, no estoy triste, estoy mirando el mar que está tan lindo. -A mi me gusta el mar, en Santiago no hay. -¿Eres de allá mijo? -Sí, ando paseando con mi Papá y mi Mamá. -Qué bueno,¿Quieres Mote con Huesillos? -¡Ya bueno! ¿Cuánto sale el vaso? -Trescientos pesos. Don Jorge se había enternecido con el niño, le recordaba el rostro de Víctor, su hijo, a esa edad, y sintió una gran tristeza y sus ojos verdes se pusieron transparentes, al contener las lágrimas, dándose cuenta de cuán arrepentido estaba de haber peleado con él. -¿De nuevo se puso triste? -Lo que pasa es que hace diez años que no veo a mi hijo, la verdad mijo, no sé dónde pueda estar. -Ah!!! pero eso tiene solución. El niño corre y entra un restorán de la caleta, el jubilado lo mira intrigado y nota que trae La guía telefónica -¿ Y eso mijo? -Es para que busque a su hijo, o llame a un investigador privado para que lo encuentre, en la tele dicen que ahí se puede encontrar de todo!!! -Ja,ja,ja.- Don Jorge se rió de buena gana con el dulce gesto del niño. La brisa del mar estaba tibia, y comenzaron a romper las olas más seguido en las rocas de la caleta. Las gaviotas revoloteaban buscando comida, los pescadores estaban friendo pescado, todo era alegría y festejo. Don Jorge mientras observaba todo esto, una voz familiar llamó su atención. -¡Jorge, Jorge! -¡Mi Papá!-dijo el niño-¡acá Papá! Don Jorge no podía creer, que esa voz tan familiar, era la de su hijo, en ese momento al viejo marino, se le oprimió el pecho de alegría, quiso correr y abrazarlo, pero no pudo. Víctor al divisarlo desde lejos, se detuvo por un segundo, y luego siguió caminado directo hacia su padre, su rostro mostraba la mayor de las sonrisas. -¡Papá! -¡Hijo,Víctor, mi chiquillo! -¿Abuelo Jorge, eres tú?-preguntó el niño brincando de alegría-¡Con razón me cayó bien altiro! El gran abrazo de encuentro y reconciliación, fue entre los tres, las palabras sobraban, las angustias de la distancias desaparecieron, eran tres generaciones de amor que se perdonaban y aceptaban, el sonido del mar celebró el encuentro, y éste se confundió con una cueca que comenzaba a sonar en la radio de un auto que pasaba por la Avenida Altamirano, y hubo algo más que celebrar en ese dieciocho porteño, entre gente, balcones, ventanas.
Aquel Domingo de Septiembre, los cerros de Valparaíso se teñían de un color distinto, estaban adornados de esperanza, de fiesta dieciochera y de banderas chilenas de todas las clases y de todos los tamaños. En la caleta El Membrillo, durante el mediodía, se comenzó a repletar de gente, paseando, mirando el mar, que se encontraba quieto y muy azul. Don Jorge era un marino retirado de ciencuenta y cinco años,y cuyo pasatiempo era participar en la peña folclórica que organizaba su club de jubilados, su señora Clara siempre lo acompañaba a todas las actividades del club, pero esa tarde se quedó en casa preparando un asado dieciochero para celebrar en pareja. Sin embargo, Don Jorge tenía insistencia de mirar el mar, por eso se ofreció ese día para atender el puesto de Mote con Huesillos. Sus ojos verdes observaban el mar icansablemente, al parecer quería buscar alguna respuesta, algo del cual él no podía siquiera nombrar; sin darse cuenta un niño de ocho años de rostro dulce y ojos claros, se acercó a él y le tomó la mano. -Señor ¿Por qué está triste? -¡Ah, hola jovencito!, no estoy triste, estoy mirando el mar que está tan lindo. -A mi me gusta el mar, en Santiago no hay. -¿Eres de allá mijo? -Sí, ando paseando con mi Papá y mi Mamá. -Qué bueno,¿Quieres Mote con Huesillos? -¡Ya bueno! ¿Cuánto sale el vaso? -Trescientos pesos. Don Jorge se había enternecido con el niño, le recordaba el rostro de Víctor, su hijo, a esa edad, y sintió una gran tristeza y sus ojos verdes se pusieron transparentes, al contener las lágrimas, dándose cuenta de cuán arrepentido estaba de haber peleado con él. -¿De nuevo se puso triste? -Lo que pasa es que hace diez años que no veo a mi hijo, la verdad mijo, no sé dónde pueda estar. -Ah!!! pero eso tiene solución. El niño corre y entra un restorán de la caleta, el jubilado lo mira intrigado y nota que trae La guía telefónica -¿ Y eso mijo? -Es para que busque a su hijo, o llame a un investigador privado para que lo encuentre, en la tele dicen que ahí se puede encontrar de todo!!! -Ja,ja,ja.- Don Jorge se rió de buena gana con el dulce gesto del niño. La brisa del mar estaba tibia, y comenzaron a romper las olas más seguido en las rocas de la caleta. Las gaviotas revoloteaban buscando comida, los pescadores estaban friendo pescado, todo era alegría y festejo. Don Jorge mientras observaba todo esto, una voz familiar llamó su atención. -¡Jorge, Jorge! -¡Mi Papá!-dijo el niño-¡acá Papá! Don Jorge no podía creer, que esa voz tan familiar, era la de su hijo, en ese momento al viejo marino, se le oprimió el pecho de alegría, quiso correr y abrazarlo, pero no pudo. Víctor al divisarlo desde lejos, se detuvo por un segundo, y luego siguió caminado directo hacia su padre, su rostro mostraba la mayor de las sonrisas. -¡Papá! -¡Hijo,Víctor, mi chiquillo! -¿Abuelo Jorge, eres tú?-preguntó el niño brincando de alegría-¡Con razón me cayó bien altiro! El gran abrazo de encuentro y reconciliación, fue entre los tres, las palabras sobraban, las angustias de la distancias desaparecieron, eran tres generaciones de amor que se perdonaban y aceptaban, el sonido del mar celebró el encuentro, y éste se confundió con una cueca que comenzaba a sonar en la radio de un auto que pasaba por la Avenida Altamirano, y hubo algo más que celebrar en ese dieciocho porteño, entre gente, balcones, ventanas.
55 comentarios:
Marcos G.V
me parecio muy humana y emotiva espero que ganes y deja la cola del premio ajajajajaj suerte
Sol
Bonito me resulto agradable el tema familiar, bueno me gusto harto
Elias
Buena Historia, lindo el lugar,parece que fuera real la historia, me gusto a mi tambien
Arturo
QUE LINDO ES CHILE, ME RECORDASTE CUANDO ERA UN NIÑO..., SALUDOS DESDE SUECIA.
Nicole
que linda historia tía chau
Diego
Elita muy bonito su cuento.
Eladio
Buena historia, es importante reflejar la sencibilidad, te felicito
Fernanda
Me parece un relato social y serio, me gustó
German
MUY BUENO ELIPINA SIGUE ASI NO MAS!!!
Joana
Que bueno que te animaste, me gusto la historia, es cortita, no necesita más nada.
Marcos
Bien bonito y simple
Marcos
Bien bonito y simple
Pkita
que lindo el cuento
Paula
Me gustó
Carlos M.
aquella Historia me recordó lo lindo que es Valparaíso, me parece que le perdonar y amar es siempre un tema importante de retomar, un relato simple pero que alegra. suerte ojalá ganes.
Estrellita
emotivo, no me esperaba menos de ti.
Romi
Bonito y diferente, me sumo a todos, que debes ganar
Evelyn
que tierno!!! me encanto!!
GABI
OYE ME PARECE UN RELATO MUY REALISTA, ME ENTRETUVE LEYENDO, YO NO LEO MUCHO Y ME PARECE MUY BUENO.
Pauli M.
está re bueno, me gustó mucho, valparaíso tiene encanto
Ruth
me parece muy ameno, me gusto harto. da la sensación de alegría y pena a la vez.
PAMELA
ME GUSTO, BUENO, Y CORTITO, PRECISO.
Daniela A.
una historia llena de ternura.
Mauricio
Buen relato, me gusto.
Ceci
MUY BONITO...,SIGUE ASÍ
Jane
BONITA HISTORIA
Maria
La verdad leo poco..., pero me gusto mucho, yo creo que el perdon es lo principal en la vida
Marcelo
corto y preciso, bien escrito. Bueno, me gustó.
Mari P.
ME RECORDO A MI CHILE QUERIDO!!! ESTA BIEN HECHO EL CUENTO,SALUDOS DESDE USA.
Olga B.
tierno, muy familiar, felicitaciones!
Giovanna Ortega
Wena! me gusto saludos desde Valpo.
Edith G.
Me gusto la historia, el niñito que tierno, me recordo a mi familia, muy buena
Daniel
Bonito cuento, me lo imagine todo
Tabilo
Muy bueno compañera
Jakelin
muy sencillo, me parece que es autentica, buena.
LILI
muy sensible, me gustó, humano y simple
Claudia
Me gusto, Felicitaciones
Dani
muy lindo Eli. suerte!!!
Tatiana
UNA VEZ FUI ALLA ES LINDO, VALPARAISO TIENE ALGO DE MISTICO. ME GUSTO FELICITACIONES.
Amalia
Sos consistente al escribir, buen relato.
Pati
EMOTIVO UNO QUE ES DE SANTIAGO LO ALEJA DE SU REALIDAD, LA FAMILIA ES LO MAS IMPORTANTE. ME GUSTO
Claudia Ramirez
Una historia vivaz, interesante relato, dinamico que te lleva a recordar los días de verano junto al mar.
jorge
Me agrado la historia, tiene sentimientos, nostalgia y sabor a puerto. Felicitaciones. Tienes mi voto
Lucia Ormeño
Eli ta muy linda la historia.. todaS LAS BUENAS VIBRAS PARA Q GANE!!
ANGEL
QUE LINDO ME ACORDE DEL PUERTO SENCILLO Y AMENO
jaco
Me gusto muy bueno
ROSSANA
BRAVO, BRAVO!!! PRECIOSA TÚ HISTORIA ME ENCANTÓ EL MENSAJE DE ESTA. ES CIERTO,"EL AMOR" LO PUEDE TODO EN LA VIDA. FELICIDADES DEBES GANAR, MUY LINDO LO QUE ESCRIBISTE.
patricio gonzalez
hermoso, lleno de vida y esperanza, las cosas que creímos perdidas siempre vuelven con los años y a veces el mar es el encargado de repartirlas...
Fernando Gonzalez
ME ENCANTO!!! PARECE QUE YO ESTABA AHI EN LA CALETA, INTELIGENTE FORMA DE INCLUIR LAS AMARILLAS SIN QUE SE VEA FORZADO EL TEXTO
Ernesto
Encontré buena la historia. Felicitaciones Elipina
Estefania
ME FASCINO DEBE GANAR
Denisse
EXCELENTE EL AMOR LO VENCE TODO
Mary
Me Gusto, me recuerda a mi amado Valparaiso
Cristina Fariña Román
Hermoso, notálgico, humano. Muy bueno Cristy
Margareth Collins
Me gusto la historia del reencuentro con un ser amado, que por algunas diferencias se tuvieron que alejar, pero que al final se aceptaron. Además como buena porteña hace reseña de unos de los lugares típicos de Valparaíso, y sobre todo muestra que las páginas amarillas está en cada uno de nosotros,para buscar ahí lo que necesitamos, desde los más sencillo que es un número de teléfono hasta un detective privado para buscar a esa persona perdida.
Publicar un comentario