
Cada vez que miro la negrura de la noche, sólo me pregunto ¿cómo el cielo obscuro sostiene a las nubes borrosas y las estrellas caprichosas? Aquellas que se parecen a mi, esquivas, difusas, demasiado brillantes, para que el ojo del hombre las pueda mirar.
En esta noche húmeda, peremne escucho. El susurro de tu pensar, tan lejos de mi.
En esta noche de luna muy llena. Me levanto y camino por mi jadín, repleto de sueños en azul.
Oigo el sonido del mar en la bahía..., y recuerdo que estoy en Valparaíso. Las luces de la ciudad se confunden con las de este cielo obscuro y quieto.
Respiro, para darme ánimos y a la vez pido un deseo, miro desde mi ventana, las casas que cuelgan de los cerros, aquellas que estan llenas de secretos, trato de no abrir y cerrar mis ojos, para así poder adivinar en cual de ellas, tu mi viajero herrante te encontrarás.